Irene
MESA REDONDA INFANCIA Y ADOLESCENCIA: SU LUGAR EN EL BARRIO, EN LA CIUDAD, EN LA SOCIEDAD.
El pasado sábado 21 de noviembre tuvieron lugar en la plaza de Daoíz y Velarde una serie de actividades organizadas por la junta municipal del distrito con motivo del Día de los Derechos de la Infancia. Una de estas actividades fue una mesa redonda a la que la junta invitó a las diferentes asociaciones del barrio y que fue presidida por el Concejal Presidente Nacho Murgui, bajo el título Infancia y adolescencia: su lugar en el barrio, en la ciudad, en la sociedad. Las ponentes fueron:
Lourdes Gaitán: Doctora en sociología y trabajadora social, miembro fundador de GSIA (Grupo de Sociología de la Infancia y la Adolescencia), y autora de “El espacio social de la infancia” y “De menores a protagonistas: los derechos de la infancia en el trabajo social”, entre otros.
Celeste Stecco: Psicoanalista. Miembro de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis, miembro de la Asociación Mundial del Psicoanálisis y miembro del movimiento No Me Bajo de las Nubes. Madre de dos niñas del colegio.
Pepa Alcrudo: Maestra de infantil, miembro del Colectivo Infancia, miembro de la Asociación de maestras Rosa Sensat de Cataluña y del grupo de educación de la Coordinadora por lo Público del distrito Fuencarral-El Pardo de Madrid.
Lourdes comentó la invisibilidad de los niños en nuestra sociedad por un triple motivo: hay pocos, no les miramos y los tenemos confinados en espacios especialmente reservados para ellos; los espacios intergeneracionales que solía haber, las plazas donde convivían niños, jóvenes y ancianos, relacionándose y aprendiendo unos de otros, han desaparecido.
Por otra parte señaló que, si bien las sucesivas declaraciones de los derechos de los niños han sido algo positivo, aún se pueden añadir más aspectos que no quedaron contemplados en ellas. Hay que seguir trabajando en esa dirección y, además, tenemos que ser conscientes de que los problemas no sólo están fuera, también en nuestro país. Por último, es esencial que los propios niños sean protagonistas de estos cambios.
Celeste hizo alusión a cómo el sistema capitalista, a través de instituciones educativas, sanitarias y de los servicios sociales busca el sometimiento de los sujetos. Los niños se han convertido en objetos a medir en base a unos rígidos protocolos. Quien no encaja con lo que se ha construido como un universal, un paradigma, de niño o adolescente es denunciado y segregado. Sin embargo, y pese a estos intentos, señala Celeste, hay algo que resiste a la maquinaria del sistema: la singularidad, la diferencia irreductible que caracteriza a cada ser humano. Se trata de una tarea difícil pero no imposible: hacerse un lugar en el mundo desde la propia singularidad. Los padres, educadores y profesionales que trabajamos en el campo de la infancia y la adolescencia podemos y debemos acompañar a nuestros niños en ese camino. A pesar de las corrientes mayoritarias homogeneizantes, algunas personas seguimos luchando por la diferencia.
Pepa habló de la importancia del trabajo en equipo, poco aceptado en un mundo cada vez más competitivo e individualista. Especialmente en los colegios e institutos, donde ni los alumnos ni sus padres participan de forma mayoritaria; de hecho, ella señalaba cómo en el período del inicio de nuestra democracia esta participación ciudadana era mucho mayor que la actual. Insistió en la necesidad de crear vínculos escuela-padres-barrio y de que las opiniones de los niños en las cuestiones que les conciernen sean escuchadas de verdad.
Por otra parte comentó cómo se ha olvidado la importancia del juego para los niños, que hoy en día se ven desbordados por las actividades extraescolares y los deberes y absorbidos por las tablets y otros dispositivos electrónicos, de modo que apenas practican el juego libre, tan importante para su desarrollo.
Esta interesante puesta en común de ideas sobre el estado de la infancia en nuestra sociedad, tan importante para construir espacios que respondan a sus necesidades, iba acompañada de una asamblea de niños para que dijeran cómo les gustaría a ellos que fuera el barrio. Y a esta seguirán otras propuestas en la misma línea. Sería interesante que les fuésemos dando difusión. Participar en este proyecto es una oportunidad que nunca se nos había brindado en el barrio, la de poder construir entre todos un lugar para nuestros niños, aprovechando tanto el espacio al aire libre de la zona de Daoíz y Velarde como el nuevo edificio (junto a la piscina municipal) que se rehabilitó hace unos meses.
Irene García Martínez
Profesora de Educación Secundaria de la CAM
Madre de un niño del colegio
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